lunes, 29 de octubre de 2012

Cajón Desastre

La vida no se expresa en palabras, llenamos nuestro vaso de emociones para luego derramarlo y poder seguir acumulando.
Un viaje que empieza en la incosciencia del feto, almacenando sensaciones aunque no advirtamos que siguen en el mismo espacio, en este cajón desastre. Donde enlazamos lo blanco con lo negro, obteniendo el gris más perfecto. Somos así entre transparente y gris.
Pequeños recolectores de experiencias, que como abejas buscamos el insaciable nectar.
Aquí y allí mientras todo ocurre, mientras esperamos, mientras decidimos, incluso mientras nos cansamos.
Una red de datos indescriptable, aparecen y desaparecen momentos sin ni siquiera desearlo.
Impacta en el amanecer, y no descansa en la noche. Fuente inagotable de luz y de vacíos.
Troqueladora de realidad que transforma a su manera, a veces real y a veces puñetera.
Mi mundo y el tuyo conviven en este espacio y se definen en distinto ángulo. Creando la atmósfera de colores que da vida a tu estela y que da vida a la mía.
Este cajón que invento, que quieto está hasta que mueve el tiempo.
Divan de versos donde nadie escribe, ni lee lo que siento.

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