miércoles, 5 de octubre de 2011

Entre las dudas de la orbita se debatía mi planeta, circular o elíptica apenas distinguía, dentro del bosque aún lo vasto sigue siendo extenso y lo profundo hondo, en el agua comienza a surgir la belleza de la vida, saltamontes saltarines vienen a aplaudir lo que esta naciendo, que por monstruo lleva un padre y por terrible una madre. Vienen a felicitar por lo inocente de su mirada y sus torpes pasos al andar. Levanta la guardia que el ogro viene a desayunar, le gusta lo tierno para merendar lo dulce y el veneno para dormitar. Aún fieras estaban en la piedra admirando la belleza. Las musas jugaban con su arte, la destreza, y mi planeta que sigue vivo, sigue asiente y pensativo. Eligiendo orbita con la que seguir su camino, mas vueltas o mas entretenido, mas cerca del sol o más frió. Lo que llevo dentro ya no es piedra y necesita un sol acogedor. El demonio de lo absurdo se ha colado en el sendero, aun planetas más grandes y más eternos me muestran su veneno.

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