martes, 11 de noviembre de 2014

Donde hay luces, existen las farolas.

Hemos decido abandonarnos en lo absurdo, dejar que decidan otros.
Hemos decidido que las metas se hallaban antes de lo previsto,
 para no incurrir en el disgusto.
Donde hay luces, existen las farolas.
Los grandes mitos se han quedado en la vereda,
olvidados del mundano ruido que ensordece la conciencia.
Hemos aceptado el reto de abandonar antes de tiempo.
Donde hay luces, quizás existan las farolas.
Perdimos la moral, sin haberla conseguido.
Abandonamos el orgullo antes de que hubiera crecido.
El sendero que marcaron nosotros le seguimos.
Tórtolas de la noche esperando un nuevo brillo.
Donde hay luna, quizás exista la noche.
Hemos dejado el control en manos de unos torpes locos.
Mentes paralelas que se encauzan al mismo ritmo,
como los sincronizados relojes esperando algo más de cuerda.
Dame lo digerible que no quiero masticar la mierda.
Aliviamos las penas en los cubos de basura,
estruendos y sonoros los gritos de los otros.
Donde hay un libro, quizas exista la cultura.
No quiero saturar mi mente con tanto dato que no entiendo.
Dame pocas palabras y muchos dibujos.
No dejes que se canse ese músculo que nunca uso.
Llename de idioteces para no mirar de frente.
Hemos decidido que cualquiera nos piense,
nos haga nuestras las sus ideas,
Hemos dejado que el fuego nos caliente
y hasta el último intento ha sido quemado.
Hemos dejado que lo fácil nos invada,
olvidando lo que somos, olvidando nuestra garra.
Donde hay personas, quizás existan mentes.
Donde hay luces, quizás solo sea una farola.


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