jueves, 7 de marzo de 2013

Ciclos

Una vez elegido el camino puedes echar a andar, puedes echar a correr o quizás detenerte a reflexionar.
Tres opciones validas para tres momentos distintos. En un año, en un mes, en un día o en unos instantes, todo cambia y la opción deja de ser válida. 
Giramos entorno a la experiencia y a las emociones, giramos 45, 90 o 180 grados sobre nosotros mismos para volver a ser felices, para reconfortar nuestras necesidades, para llenar nuestros depósitos hasta que el fuel se acabe y volvemos a empezar. En círculos, en ciclos se manejan nuestras energías vampiros de felicidad que no sabemos rellenar la cisterna sin recurrir al exterior.
Tantos ciclos vividos, y aún conociendo como funcionan parecen no terminarse nunca. 
Hay un pasado que enlaza a otro pasado y ese enlaza al presente y este presente enlaza al futuro. 
No hay manecilla que pare, ni que de marcha atrás, no hay papel repintado que quede bonito de verdad.
Hubo senderos ásperos sin mucho que contar, con paisajes sin árboles y elegidos al azar.
De esos ya no queda nada, fue más sumidero que fuente, un tiempo para desperdiciar. 
Mientras ganaba terreno, ganaba ganas de salir corriendo, apaticos desiertos en medio del barrizal. 
Para un tiempo de reflexionar quizás...
Y como todo ciclo, termino sin más plantando semillas para que pudiesen brotar los arboles y flores más bonitas del lugar. Con tanto cuidado y con tanto esmero, todo colocado en su lugar. Robé el brillo al sol, robe el blanco a la luna. Robe tantas cosas y me quede sin ninguna, para que pudieras pasar. Y pasaste, claro que pasaste por encima y en instantes. No hubo flor que fuera digna de tu mirada. No hubo sol para deslumbrar tu camino. Estuviste aquí para olvidar el pasado, estuviste aquí mientras mirabas el jardín de al lado.Y mi deposito se vaciaba en cada esfuerzo y en cada palabra. pasaste sin saber que pasaba.
un ciclo sobre otro ciclo en distinto angulo,  en distinta mirada, y finalmente como era previsto no congeniaban. Y el círculo se cerro con el detente y reflexiona.
Ese instante para coger las fuerzas y volver a empezar, ese que muchas veces duele de verdad. En el que no valen las excusas y miras hacia atrás con las ganas de encontrarte lo bueno y dejarte de culpar. Ese momento de encontrar sinceridad, de entender el camino por árido que haya sido. Ese ciclo que oscuro y lúgubre te da la suficiente paz ver a cada uno de manera dispar. En el que para poder caminar debes dejar las piedras atrás, avanzar poco a poco y sin rencor. Difícil etapa que ahora me da libertad para volver a correr y encontrar que no he girado ni 45 ni 90 ni 180, he girado 360 grados y vuelvo a empezar.
Un ciclo donde todo corre a gran velocidad, la calma se quedo en la oscuridad y mis peces vuelven a nadar, la energía se activa y el deposito vuelve a rebosar. ¿Ay caminante del sendero dime en que ciclo tu estas? Por que yo no quiero parar, estoy pasando de largo muchas cosas de las que no siento necesidad. No es bueno ni malo, es el momento que vivo y no puedo frenar. La fuente esta dentro y no tengo que descansar y repostar. Hay un mundo que esperándome está.






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