lunes, 3 de diciembre de 2012

Cuando la luna se oculta..., la noche comienza a morir y entre sus tonos oscuros nace su añil.
Cuando la luna se oculta mis párpados se agotan se duerme la armonía, se escalan los tiempos y vuelvo a ser yo. Demasiado dormida, inconsciente ante este este espacio que se arruga y contonea.
Esquiva, de aguaceros locos. Esquiva, de las miradas absurdas.
Dormida ante este desierto de ruinas, ante este enredo de silabas, de palabras y actitudes que no conjugan en mi simple léxico.
Abrumada de ver caer el agua de esos aguaceros locos que vacían sus cubos para que no pesen sus brazos.

Cuando la luna se oculta puedo ahogar mis deseos y donárselos al viento para que pueda dibujar las caricaturas en el cielo, así poder mirar cuando se halle el infierno y reconocer en silencio que aunque me halle dormida sigo siendo dueña de mi tiempo.

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