viernes, 10 de enero de 2014

Disculpa por disculparme de nuevo

Disculpa por interrumpir tus días, por abrazar tus noches. Disculpa por herirte tan de repente. No quise estallar en la mañana ni siquiera acabar la canción, pero no quise ahogarme en el olvido mientras la noche te mantenía dormido. Levantarte y caminar disculpa por disculparme de nuevo.
Vagando como cuerpos inertes acometimos los siguientes días. Se rompió la rutina, se rompió... se rompió todo, lo bueno y lo menos bueno, aceptando un estado extraño y confuso. Aceptando las normas que el silencio nos impuso, aceptando la banalidad de esta vida y conveciéndonos de que nada podía cambiar este camino. Disculpame por no oírte cuando chillabas, disculpa por culparte de todo.
Disculpa por disculparme de nuevo, por interrumpir tus recuerdos, por oír entre sueños.
La orilla refugiaba los días acercando pequeñas montañas de sal para conservar lo poco que quedaba en este pozo. Se ha roto la paciencia, se ha roto la ironía, se han roto las arrugas que todo esto cubrían.
Disculpa por ser egoísta, disculpa por no intentar entenderte. Disculpas que sólo sirven para lavar el pasado.
El hollín empezó a cubrir los recuerdos, a hacer de ti todas esas cosas que nunca fueron y la herida en carne viva atacaba para empezar de nuevo. El negro polvo torno a gris y de un gris a un estado medio blanco.
Entre las palabras, entre tus sueños, entre el inmenso mar y entre ese eco pude entender... y aprender a ver todo de nuevo. Disculpame por disculparme de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario