martes, 6 de agosto de 2013

He desecho la maleta y he tirado los zapatos que tanto daño hacían.
 Hemos vuelto al camino para elegir el sabor adecuado, la menta que refresca y la divina sal, pues de verde amizclonado se había vuelto la seda.
A tu orilla vuelvo a partir, a tu orilla donde salpica más, entre las rosas y el jazmín he conseguido vivir. Pero aún necesitaba más, saltar una vez más. Torpe y humana que en el reposo prefiere no avanzar.
Otra vez un destino, otra vez un destino sin final.
Lejos de la dulce mirada, lejos del manto sol. Lejos para algún día volver.
Caracol pesado se ha vuelto mi estela, caracol que no avanza se acabó tu tarea.
Otra vez un destino del que aprender, y sera mejor que las es no quieran venir.
Tomando las riendas que un día atamos, tomando el rumbo que permanecía estancado.
Desde la isla sin lunas, desde el asfalto quemado, oigo los pasos que se vienen acercando.
Oro del siglo, mina de la plata, rojo del sargento y azul de celeste viento.
Suave, suave y sin prisa, suave camina dejale trepar y agarrarse a tu mochila, venideros van y venideros vienen los vientos del sur, los vientos del este.

No hay comentarios:

Publicar un comentario