LLlegue con una maleta y un par de zapatos, el alma enlatada y los brazos abiertos, pise
tu tierra esperando sensaciones, momentos y recuerdos. Me recibiste
indiferente y cogí rabia y tiraste mi lata en tu mar, me dejaste
descalza para saber apreciar lo que luego me ibas a dar. Con mis brazos
cruzados pude nadar y nade cuando la mar mas agitada estaba, pensé
muchas veces a negarme a ir a por mi lata, volver a tierra sin nada, sin
sueños y sin alma, pero mis ojos cerrados estaban, y nada tenia y nadie
me esperaba, seguí nadando hasta incluso con la tormenta mas fría y
nade y nade hasta llegar a tu océano y fue allí, cuando me di cuenta que
a pesar de estar desnuda no tenia frío
y a pesar de estar descalza tenía amor, tenia sentimientos fuerza y
carácter, porque mi lata solo fue la excusa para hacerme entender que no
perdería nada de lo que dentro tenia, que mi lata no era nada y fue
entonces cuando se acerco una ola fuerte, hermosa y delicada que me
trajo mi lata cerrada, era tan fuerte que me llevo a la orilla para
retomar mi camino y ahora vuelvo sin zapatos porque quiero estar
descalza para sentir las piedras como se clavan y sentir el dulce césped
en mis pies pequeños y fríos. Y de mi maleta y de mi lata no se nada,
las tire a mi océano para que mis olas jugaran.
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A ti que te debo todo y nada.
A ti que me enseñaste lo que dentro llevaba.
Nada es eterno y todo queda.
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