martes, 27 de noviembre de 2012

Faro sin luz

En este faro sin luz desembarcan pedazos de almas, trozos rotos que ya, no forman parte de nada.
A la deriva les dejan marchar, y  nadie mira como sus sueños se van, se alejan poco a poco, se entremezclan en este mar. Se pierden en el horizonte dejando atrás, un agujero oscuro que nada podrá reemplazar.
Parte invisible que quisiste tapar, parte que oscura seguirá, no habrá luz que ilumine ese lugar.

El farero recoge los sueños con cuidado, para no estropear lo poco que queda de ellos, los mira y piensa otro agujero, otro infeliz que vaga en este desierto. Cuanto por aprender, cuanto por crecer ...

La mañana ilumina este faro y el destello rebota en nuestros pedazos, en este faro sin luz que brilla en todo el océano.
La mirada del farero sigue absorta en el inmenso mar, buscando sueños que poder almacenar.
Esperando, esperando a divisar aquellos dueños que algún día los vendrán a buscar.

Amable farero vine yo a desembarcar a este puerto, pues de tantos sueños que deje a la mar, mi cara y mi estela se han convertido en otro sueño que tirar. Amable farero deje de almacenar aquellas partes que hicieron a la que una vez fui, pues ya no hay tiempo ni si quiera escombro de aquella que fue feliz.
Enorme farero un error me hizo abandonar mi primer sueño, después del primero descubrí el misterio.
Ese misterio que me incomodaba por fuera y lo abandonaba por dentro.
Sí hubiera sabido, después del primero, donde encontrar los trozos de este alma. Quizás, quizás no hubiera tenido castigo.




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