lunes, 12 de diciembre de 2011

En este atardecer...

En este atardecer donde el sol quema el horizonte, aún puedes ver palabras en su estela.
 Palabras... palabras que dibujan el mañana, que apuntalan los muros de carga que sostiene este enredado sistema. Palabras ocultas en miradas, palabras que en gestos se callan, palabras que sólo en silencio se escuchan.
Aún puedes observar en ese oblicuo paralelo, como hay palabras hirientes que apuñalan el secreto que guardabas. como dificultan el mañana, como enredan el pasado. Palabras..., tan solo palabras.
En este atardecer donde el sol se apaga y se oscurece la despensa de nuestras almas.

Observas sus rayos, pequeños y tímidos dorados que hacen bello lo salvaje, lo indomable.
Dando tregua a la noche, estampando las palabras contra el techo y arrancando lo hermoso que llevamos tan dentro. Esculpiendo las formas naturales, tan afines, tan distintas, tan únicas y especiales. Brindando con el color adecuado las miradas más secretas, las más intimas, las más elegantes, las más sugerentes. Huele a calma, huele a vacío, huele a nada.
 Viento suave desprendido del suspiro, de unos labios de canela, que a la mar se embarcan. Desdiciendo lo desdicho. Saboreando la estampa que ha dejado este atardecer donde los rayos se palpan y el trino amaina.
Dejando al mañana el reto de habernos rescatado de la marea de unas sábanas, que empañanan nuestro ego.
que calman nuestra sed, de la que beben los enfermos y resucitan a los muertos. Que embriagan de calor para pensar en un solo de dos.

1 comentario:

  1. Es lo mejor que he leido de lo que has escrito. Me gusta mucho. A ver que es lo próximo...

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