lunes, 19 de septiembre de 2011

Cansados los pasos pesados del caminante que dejo su casa, del pasajero de los aeropuertos oscuros. Cansado de seguir corriendo, cansado por no encontrarse su reflejo, directo al sendero de la locura. Donde los cuerdos entran sin saberlo.
Directo al horno de bollos, todos crujientes y rellenos de locuras insensatas, esta cantina de alcoholicos locos, iluminados por publicidades baratas. Todos, todos locos sin sentido y sin cordura, sin presiónes ni posturas, liberas lo absurdo que llevas dentro, lo que encierras en la trituradora de ideas, quiero volver a mi cantina y gritarle a la luna, que mi alma se acorrala en la escalinata de los deseos. Bebo y por más que bebo de la locura siento que estoy más lejos del reflejo, cuerdos locos, locos cuerdos. Quien s? Quien acude esta noche al loquero? Quien se desea curar?
Quien no bebe del veneno que nos dan al madrugar para adormilar nuestras mentes y acallar al salvaje que en la noche vomita su libertad.

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